lunes, 7 de septiembre de 2009

Lázaro Enamorado

Deslizas tus manos con ternura
sobre el abrupto terreno frío de un cadáver
que ansía volver a la vida.
Con qué fuerza busca mi boca,
en el primer hálito despues de expirar,
tu boca para sentir de nuevo la vida.
Con qué fuerza mi sexo abatido
se oprime ahora con el riego súbito
del alma al sentir tus labios
rozando mi cuello.

Mi trémula piel siente, etre beso y beso tuyo,
el aliento entrecortado que me dice:
"Lázaro, levántate y anda".

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