lunes, 7 de septiembre de 2009

Amor

Mi mundo se pierde en las sombras del tiempo.
Fui forjado por una brisa que se tornó vendaval.
Mi equilibrio son tus lágrimas.
Mi equilibrio es eterno como eternos son los besos que configuran mi espíritu.
El misterio de mi origen lo trataron los filósofos, luego los poetas, los médicos,
los comerciantes, los contrabandistas, los estafadores...
Mi reino no es de este mundo, sino de aquel en el que los mapas no se pueden trazarse
si antes no se ha recorrido la propia epidermis de los mortales.
Aún hay ilusos que buscan en las grietas milenarias de la razón la razón de mis acciones.
Quién sabe cómo es mi naturaleza si el tiempo nubló mis sentido y ahora sólo actúo
en la locura, sobre el filo de una flecha envenenada.
Quien dijo que mi nombre trae sosiego, que es un noble sentimiento, que amansa el
espíritu...está recluido en una gruta profunda mirando las sombras pasar.
Mi mundo se oculta más allá del tiempo, justo en las ojeras de Cupido.

Lázaro Enamorado

Deslizas tus manos con ternura
sobre el abrupto terreno frío de un cadáver
que ansía volver a la vida.
Con qué fuerza busca mi boca,
en el primer hálito despues de expirar,
tu boca para sentir de nuevo la vida.
Con qué fuerza mi sexo abatido
se oprime ahora con el riego súbito
del alma al sentir tus labios
rozando mi cuello.

Mi trémula piel siente, etre beso y beso tuyo,
el aliento entrecortado que me dice:
"Lázaro, levántate y anda".

Deslumbrar el Alma


En medio del sinsentido de mi trama,
mi mirada se cruzó con tu mirada atenta
de sirena resabiada.
En esa cadencia del alma tuya me deslumbraste.
Igual que esas fotos veladas que inquietan...así inquietaste
y atrajiste al tiempo el alma de un hombre abatido,
herido con tus oscuras pupilas.
Ahora busco esas fauces terribles para experimentar
el placer de replegar mi vida
hacia lo más profundo de ti.
Por qué no decidimos,
así, como quien no quiere la cosa...,
que tu alma y la mía formen una sola.
Me importas tanto...

Estás hecha de distintas materias:
Entrañas de aspid y dura piel de amazona.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Inevitable

Inevitablemente se ha de pensar en ellas. Nada se puede hacer sino arrastrar las palabras al recuerdo para sentir una vez más la vergüenza al evocarlas. La ilusión del momento en el que fueron pronunciadas, la expresión en el rostro del amante o la amada (de la amante o el amado), el latido acelerado de un corazón henchido de ilusiones, la velocidad dibujando una sonrisa en la cara, el sonido de los besos que callaron las palabras, pero sobre todo...las palabras; palabras que hoy forman parte del sinsentido, queriéndose ocultar en algún lugar entre los pliegues del recuerdo pero provocando, al tiempo, el regreso no deseado. Aquellas palabras cinceladas donde se invocaba al destino, a la buena estrella que había hecho cruzar los pasos de los amantes y que ahora eran sólo palabras sin más, algunas se tallaron en los árboles, prometiendo amor eterno...

Inevitablemente se ha de pensar en el vacío que luego dejaron...cuando ya nada sujetaba la frágil arquitectura del amor.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Cuánto tiempo



Cuántas veces el mundo pidió mi ayuda y se la negué;
cuántas lágrimas, cuántos gritos se escucharon y quedé inmovilizado ante el horror.

Cuánto tiempo aguardé a que mi cobardía me cubriera, grano a grano, hasta formar una duna en medio de un desierto...de vergüenza.
Supe de las vidas perdidas injustamente, del amor truncado, de la alegría no consumada...y no hice nada.
Solo tengo esta vida...y empiezo a pensar que el tiempo hará justicia en su macabro juego antes de que yo me decida a mover ficha.