lunes, 7 de septiembre de 2009

Amor

Mi mundo se pierde en las sombras del tiempo.
Fui forjado por una brisa que se tornó vendaval.
Mi equilibrio son tus lágrimas.
Mi equilibrio es eterno como eternos son los besos que configuran mi espíritu.
El misterio de mi origen lo trataron los filósofos, luego los poetas, los médicos,
los comerciantes, los contrabandistas, los estafadores...
Mi reino no es de este mundo, sino de aquel en el que los mapas no se pueden trazarse
si antes no se ha recorrido la propia epidermis de los mortales.
Aún hay ilusos que buscan en las grietas milenarias de la razón la razón de mis acciones.
Quién sabe cómo es mi naturaleza si el tiempo nubló mis sentido y ahora sólo actúo
en la locura, sobre el filo de una flecha envenenada.
Quien dijo que mi nombre trae sosiego, que es un noble sentimiento, que amansa el
espíritu...está recluido en una gruta profunda mirando las sombras pasar.
Mi mundo se oculta más allá del tiempo, justo en las ojeras de Cupido.

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